La agonía de Huachipato: desde hace 15 años que registra pérdidas que suman US$ 1.204 millones
La siderúrgica fue cerrando líneas de negocio mientras la competencia china arreciaba. Los efectos de la crisis subprime, el terremoto del 2010 y la baja de la demanda en el gigante asiático post pandemia fueron factores que afectaron a la usina penquista.
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En 2008, la Compañía Siderúrgica de Huachipato obtuvo una utilidad de US$ 141 millones, la más alta de su historia…y la última. A partir de ese año iban a desencadenarse una serie de eventos desafortunados que llevarían a su matriz CAP a decidir esta semana cerrar la septuagenaria usina en septiembre de este año, tras 15 años de pérdidas casi ininterrumpidas que suman a la fecha unos US$ 1.204 millones de saldo en rojo.
Ese año 2008 fue el último año de la era dorada del acero chileno: al año siguiente iba a estallar la crisis subprime en Estados Unidos con repercusiones mundiales, China iba a crecer en la producción ferrosa y desde entonces la empresa dejó de obtener ganancias, salvo por dos años: el 2021, cuando se cerró el mercado al comercio exterior por el Covid -19 y logró utilidades de US$ 11,3 millones y, en 2018, en que anotó un saldo positivo de sólo US$ 317.000.
La filial de CAP y Molycop, hasta hace una semana mantuvieron los contactos, pero no fue posible un acuerdo.
Pero el Huachipato de hace 15 años también era distinto. En ese entonces, la siderúrgica tenía una diversificada cartera de clientes, donde dominaba la industria metalúrgica (43%), pero contaban con la construcción (33%) y la minería (20%), abasteciendo a empresas de retail como Construmart, Sodimac y Easy, así como a clientes finales como Codelco y Nestlé. En contraste, en 2024 el 70% de sus ventas se concentran en un único cliente, Molycop.
También eran otros los volúmenes de producción: en 2008, Huachipato fabricaba 1,2 millones de toneladas y hoy es la mitad de esa cifra.
¿Qué pasó?
En septiembre de 2008 estalló la crisis subprime, cuyas consecuencias se hicieron sentir con más fuerza en 2009. Según CAP, ese año marca la irrupción del acero chino al mercado mundial, pero las cifras del World Steel Association, fue en el 2013 cuando China pasó a superar al resto de los productores mundiales.
Para Huachipato, sin embargo, el año del desplome fue el 2010, cuando “se vio afectada por uno de los peores desastres naturales que haya experimentado el país en los últimos cincuenta años”, explicó en la carta a los accionistas el entonces presidente del grupo CAP, Roberto de Andraca. “Como consecuencia del sismo grado 8.8 Richter del 27 de febrero de 2010, la usina sufrió severos daños en sus equipos e instalaciones, especialmente en el área de producción primaria, incluidos, Muelle, Planta de Coque, Altos Hornos y Acería”, detalló el directivo.
Ese año, CAP Acero tuvo que importar acero de China y los despachos propios descendieron a 670.525 toneladas métricas, es decir, a la mitad de lo registrado en los años previos y marcando la producción más baja en 18 años.
En 2010 y 2011, el complejo industrial tuvo que cerrar la producción de rollos laminados para techumbres y productos planos, debido al ingreso de competencia proveniente de China de estos artículos.
Y en 2013 Huachipato cesó la línea de fabricación de planos largos (laminados, planchas, revestidos) y se enfocaron en barras de acero para la fabricación de bolas de molienda. Pero las acereras de China también entraron en ese segmento: "en 2014 y 2015 tuvimos un ataque de dumping de China brutal en esta línea también”, explicó un ejecutivo de la siderúrgica que pidió reserva de su nombre.
En el transcurso de los siguientes años la competencia con el gigante asiático se intensificó y sólo paró durante la pandemia, cuando se bloquearon los embarques de China al mundo y la industria local tuvo que abastecerse con el acero de Huachipato.
Pero tras el fin de las cuarentenas y la reactivación del comercio internacional, la presencia del gigante asiático en el mundo sólo fue a más. Hoy China produce el 53,9% del acero del planeta según datos de World Steel Association, seguido muy de lejos por India, con el 7,4%, y por Norteamérica, con el 5,8%.
Cómo se tomó la decisión
Según CAP, la situación de Huachipato se tornó insostenible en los últimos dos años. En los documentos presentados por la acerera local a la Comisión Antidistorsiones en el marco de la investigación por dumping (o venta a un precio menor al costo por subsidios o ayudas) contra el acero chino, la empresa argumentó que dicho mercado se encuentra “distorsionado” y citó las cinco investigaciones realizadas por la Comisión Europea entre 2021 y 2022 donde se señala que dicha industria presenta anomalías “a partir de la intervención de los poderes públicos en China”. Mencionando otra investigación del regulador de Australia, CAP identificó algunos subsidios en el acero chino tales como provisión de ciertas materias primas a valores más bajos, deducciones a impuestos por uso de suelo, políticas tributarias preferenciales para compañías de alta y nueva tecnología, premios en dinero para fabricantes con marcas reconocidas en el exterior, subsidios a investigación y desarrollo, entre otras medidas.
La acerera hizo ver que “como la demanda interna del país asiático bajó desde 2020 de manera más rápida que la producción de acero, se ha generado un excedente de 97 millones de toneladas sólo en 2022” y que en el período enero-septiembre 2023, el consumo interno de acero en China cayó en un 1,5% respecto del mismo período del año anterior, en tanto que la producción aumentó 1,7% en igual lapso”.
Eso impactó en el precio: entre enero y agosto del 2023, el valor promedio en Chile cayó 37,9% en UF respecto de similar período del año anterior, mientras los costos aumentaban para Huachipato, con lo que el margen operacional registró una merma de 18,7 puntos porcentuales solo en los primeros tres meses del año pasado, pero este indicador se siguió deteriorando este año.
Ello explica las pérdidas récord por US$ 385,5 millones que registró la siderúrgica penquista en 2023.
El grupo nacional denunció ya en octubre de 2023 esta situación, pero recién el 9 de diciembre se inició el proceso investigativo en la Comisión Antidistorsiones. Y aunque se impusieron sobretasas arancelarias para proteger la producción local tanto en barras (que produce Huachipato) como en bolas (que elabora Molycop a partir de insumos de la siderúrgica penquista), en un inicio eran más bajas, entre 15% y 22%, por lo que tanto Huachipato como Molycop pidieron niveles más altos. Y los consiguieron a fines de abril: 24,9% para las barras y 33% para las bolas de acero.
Ahí partió una negociación entre ambas empresas para traspasar a precio tales protecciones arancelarias. Según ejecutivos de la industria, en mayo Huachipato y Molycop llegaron a un preacuerdo en volúmenes de producción de barras de acero y precio de las mismas, las que permitían traspasar el mayor arancel a valor de mercado. Pero de acuerdo a profesionales de la industria, Molycop echó pie atrás en este pacto durante ese mismo mes.
Pese al quiebre de mayo y tras un período de silencio de 45 días, Molycop resolvió retomar las tratativas con la filial del grupo CAP y en julio vino a Santiago desde Omaha, Nebraska, una delegación compuesta por el CEO de la compañía, Jim Anderson y Lance Lance Dawber (el chief commercial officer) intentando llegar a un acuerdo. Según las dos compañías, hasta hace una semana mantuvieron los contactos, pero no fue posible acordar precios y valores de producción.
Ya a estas alturas se había cerrado el primer semestre de 2024 y los números no eran halagüeños para Huachipato: la pérdida de US$ 41,8 millones del primer trimestre se incrementó entre abril y junio en niveles superiores a dicho monto. Y en la matriz CAP alertaron que habían llegado al punto de no retorno: si seguían, podían incumplir obligaciones financieras. Y así, el miércoles 7 de agosto de 2024, se selló el destino de la siderúrgica, tras 74 años de operación.